jueves, 6 de noviembre de 2008
[Chicago-Nueva Orleans]
***
One bourbon, one scotch, one beer. Apenas veinte céntimos y John Lee Hooker empieza a retorcerse en la jukebox y en tus labios. Poco a poco comienza a bajar y se detiene justo en tus caderas. Take it easy, baby. El tiro de gracia a mi corazón, a mis dos corazones si eso es posible. Aún me quedan unas cuantas monedas para seguir oyendo al bueno de John y bueno, para seguir viéndote de esa forma en que te mueves por los 12 compases de un blues. Otro Whisky, por favor. La noche es nuestro mejor aval, eso debes saberlo. Es lo que mejor conocemos, lo mejor se nos da. Cualquiera sabe que bajo la tenue luz de un tugurio somos inabarcables. Mis pies solo obedecen al ritmo, parece que llevara siglos preguntándome: ¿Que es lo que quieres de mí? En el segundo 24 de la anterior canción me he dado cuenta. Se que sabes oler el miedo, así que me mantengo a una distancia prudencial, no quisiera que tus dientes acabaran hendidos en mi yugular. No lo quisiera pero lo deseo. Hmmm hmmm hmmm hmmm, I love to see you strut. El blues es nuestra perdición pero la canción ha dejado de sonar, se han acabado las monedas.
Todavía recuerdo como se tocaba, ya sabes.
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1 comentario:
Sólo por la primera frase merece la pena leer este estupendo fragmento de una de esas, las mejores noches que puedas recordar.
Sláinte.
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