lunes, 22 de diciembre de 2008

[Stand by].

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Y esperas, siempre esperas
mientras las nubes se alejan.
Tejes tapices de recuerdos,
cual Penélope,
que luego has de deshacer.
Esperas.
Mientras las camareras
vuelven a enamorarse
de cualquier tipo
que las haga llorar.
Esperas, siempre esperas
mientras las esquinas
continuan siendo una esperanza
de tropiezo vertiginoso,
de casualidad.
esperas con la mirada fija
en el retrovisor
aferrandote a una sombra,
a la oquedad que dejan
las tardes de una primavera
que ya es otoño
esperas con la idea
de que el viento siempre
nos devuelve las vetustas melodías
que un día fuimos
capaces de entonar
Esperas, esperas...
hasta que dejas de esperar.

2 comentarios:

M* dijo...

Las cenicientas ya no esperan.
Princesas etílicas se arrojan
a la aventura de vivir peligrosamente.
Se hartan de esperar los besos
que se estancan en las bocas.
Los taxistas se preguntan
cual de estas noches volveran a soñar

L.C. y Adla dijo...

Todos esperamos dejar de esperar algún día. Me ha gustado mucho todos tus cuentos, los de rabia siempre tienen más rabia.



-Adla-