lunes, 24 de noviembre de 2008

[Tempus fugit]


***
Solo buscas adulterar las noches, cortarlas con unas pocas horas de sol para conseguir más. Maximizar beneficios. Y que la nariz y el corazón sangren todo lo que quieran. La orquesta anuncia el último baile y un sudor frío recorre toda tu columna vertebral. El principio del fin. Cenicienta está pasada de vueltas, esto no ha hecho más que empezar. Los puntos de sutura de la herida que tienes en el pecho te imprimen punzadas, un dolor intermitente, aviso quizás de lo que se avecina pero tú no haces caso, tú nunca haces caso. No te paras a analizar la situación. Por eso eres tan mal jugador. Una pensión con el letrero roto y tu reflejo descamisado en unas pupilas cada vez más dilatadas.
Te han vuelto a dejar en jaque.
Y una vez mas acabas por oír como se apaga el sonido que imprimen unos tacones al alejarse mientras te dices a ti mismo que has cambiado para peor

martes, 11 de noviembre de 2008

[Pavesas]

#

La ceniza de unos labios inánimes
acabó por cubrir todos nuestros sentidos.

Se nos gastó el aire de tanto respirar.

sábado, 8 de noviembre de 2008

[Evidencia #3]

***

Despertar a sabiendas de una realidad
que bosteza a escasos centímetros de mi piel.
Te lo dije, una mentira bien contada
vale mas que cualquier verdad.

jueves, 6 de noviembre de 2008

[Chicago-Nueva Orleans]


***

One bourbon, one scotch, one beer. Apenas veinte céntimos y John Lee Hooker empieza a retorcerse en la jukebox y en tus labios. Poco a poco comienza a bajar y se detiene justo en tus caderas. Take it easy, baby. El tiro de gracia a mi corazón, a mis dos corazones si eso es posible. Aún me quedan unas cuantas monedas para seguir oyendo al bueno de John y bueno, para seguir viéndote de esa forma en que te mueves por los 12 compases de un blues. Otro Whisky, por favor. La noche es nuestro mejor aval, eso debes saberlo. Es lo que mejor conocemos, lo mejor se nos da. Cualquiera sabe que bajo la tenue luz de un tugurio somos inabarcables. Mis pies solo obedecen al ritmo, parece que llevara siglos preguntándome: ¿Que es lo que quieres de mí? En el segundo 24 de la anterior canción me he dado cuenta. Se que sabes oler el miedo, así que me mantengo a una distancia prudencial, no quisiera que tus dientes acabaran hendidos en mi yugular. No lo quisiera pero lo deseo. Hmmm hmmm hmmm hmmm, I love to see you strut. El blues es nuestra perdición pero la canción ha dejado de sonar, se han acabado las monedas.


Todavía recuerdo como se tocaba, ya sabes.