domingo, 4 de enero de 2009

[Veni, vidi, vici]

Humo, poker descubierto y fraseos de jazz. Freddie Hubbard a la trompeta. Buscamos algún gesto, seña u olor. El olor del miedo. Buscamos en todos los ojos algún atisbo de debilidad, subir la apuesta. Cualquier indicio que nos permita descubrir un farol o unas espaldas bien cubiertas. Observamos los silencios, pronostico reservado. Jugamos a ser agoreros pero acabamos disparando sin mirar. La ansiedad empieza a recorrer tu frente, no puedes permitirte el lujo de perder lo que no tienes y eso es precisamente lo que has hecho durante toda la noche. Ahora llevas los dos monos y nada de eso importa, no hay quien te huela. Pero hay que ser prudente o nadie pondrá su dinero sobre el tapete, jugar al despiste. Sabía que estos tirantes acabarían por traerme suerte. Lo veo y subo a la apuesta máxima, cartas sobre la mesa. Suena "Scrapple From the Apple" de charlie Parker y ahora todo lo mío vuelve a ser mío. Y lo tuyo también. Va siendo hora de acabar la partida. Yo, que nunca quise jugar por dinero, no encuentro en mis bolsillos más que sucios billetes manchados de alcohol y vicio, ¡oh! dulce vicio. Debes saber que con un sueldo de poeta no se llega a fin de mes. Pido una cerveza y pago con un billete que no es billete sino invitación y numero de teléfono para la camarera. Hay que permitirse una última jugada y arañar un par de versos a la madrugada. Robar un poco de calor y morder un pedazo de vida. Acabar el juego bailando con el amanecer.