lunes, 22 de diciembre de 2008

[Stand by].

.
Y esperas, siempre esperas
mientras las nubes se alejan.
Tejes tapices de recuerdos,
cual Penélope,
que luego has de deshacer.
Esperas.
Mientras las camareras
vuelven a enamorarse
de cualquier tipo
que las haga llorar.
Esperas, siempre esperas
mientras las esquinas
continuan siendo una esperanza
de tropiezo vertiginoso,
de casualidad.
esperas con la mirada fija
en el retrovisor
aferrandote a una sombra,
a la oquedad que dejan
las tardes de una primavera
que ya es otoño
esperas con la idea
de que el viento siempre
nos devuelve las vetustas melodías
que un día fuimos
capaces de entonar
Esperas, esperas...
hasta que dejas de esperar.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Volvemos a casa, otra vez.
A salvo del frío de la ciudad,
a salvo de la escarcha, a salvo de ti.

La calefacción encendida,
el sudor resbalando por la frente
pero el corazón permanece helado,
tan helado que el mas leve roce
consigue reducirlo a añicos.

Y el suelo todavía por barrer.

lunes, 24 de noviembre de 2008

[Tempus fugit]


***
Solo buscas adulterar las noches, cortarlas con unas pocas horas de sol para conseguir más. Maximizar beneficios. Y que la nariz y el corazón sangren todo lo que quieran. La orquesta anuncia el último baile y un sudor frío recorre toda tu columna vertebral. El principio del fin. Cenicienta está pasada de vueltas, esto no ha hecho más que empezar. Los puntos de sutura de la herida que tienes en el pecho te imprimen punzadas, un dolor intermitente, aviso quizás de lo que se avecina pero tú no haces caso, tú nunca haces caso. No te paras a analizar la situación. Por eso eres tan mal jugador. Una pensión con el letrero roto y tu reflejo descamisado en unas pupilas cada vez más dilatadas.
Te han vuelto a dejar en jaque.
Y una vez mas acabas por oír como se apaga el sonido que imprimen unos tacones al alejarse mientras te dices a ti mismo que has cambiado para peor

martes, 11 de noviembre de 2008

[Pavesas]

#

La ceniza de unos labios inánimes
acabó por cubrir todos nuestros sentidos.

Se nos gastó el aire de tanto respirar.

sábado, 8 de noviembre de 2008

[Evidencia #3]

***

Despertar a sabiendas de una realidad
que bosteza a escasos centímetros de mi piel.
Te lo dije, una mentira bien contada
vale mas que cualquier verdad.

jueves, 6 de noviembre de 2008

[Chicago-Nueva Orleans]


***

One bourbon, one scotch, one beer. Apenas veinte céntimos y John Lee Hooker empieza a retorcerse en la jukebox y en tus labios. Poco a poco comienza a bajar y se detiene justo en tus caderas. Take it easy, baby. El tiro de gracia a mi corazón, a mis dos corazones si eso es posible. Aún me quedan unas cuantas monedas para seguir oyendo al bueno de John y bueno, para seguir viéndote de esa forma en que te mueves por los 12 compases de un blues. Otro Whisky, por favor. La noche es nuestro mejor aval, eso debes saberlo. Es lo que mejor conocemos, lo mejor se nos da. Cualquiera sabe que bajo la tenue luz de un tugurio somos inabarcables. Mis pies solo obedecen al ritmo, parece que llevara siglos preguntándome: ¿Que es lo que quieres de mí? En el segundo 24 de la anterior canción me he dado cuenta. Se que sabes oler el miedo, así que me mantengo a una distancia prudencial, no quisiera que tus dientes acabaran hendidos en mi yugular. No lo quisiera pero lo deseo. Hmmm hmmm hmmm hmmm, I love to see you strut. El blues es nuestra perdición pero la canción ha dejado de sonar, se han acabado las monedas.


Todavía recuerdo como se tocaba, ya sabes.

martes, 30 de septiembre de 2008

Evidencia #1

Y si te hablo muy de cerca,
como el mar a las rocas,
tendrás que creerme
pues todo el mundo sabe
que a dos centímetros
de unos labios
es imposible mentir.

domingo, 21 de septiembre de 2008

[Todo está en regla]

...
..
.






Las verdades comienzan a escapar
por la salida de emergencia
Y a ti solo se te ocurre pestañear

Manos que juegan al despiste
con ilusiones y servilletas de papel.

Debes saber que tus excesos pesan demasiado
para ser sostenidos por tacones tan finos,
el lavabo anda lleno de barras de labios a medio gastar.

Aprendiste que las caricias
se pueden dar sin dejar huella
a conjugar una ternura de bolsillo
pero no obtuvimos más que la piedad
de corazones baratos.

Nunca nos aclaramos con la parada
en la que debíamos apearnos,
al final acabamos bajando la guardia.

¿Acaso un dócil impulso
no puede ser algo importante?

Las palabras que escribimos sin sentir
comienzan a doler en todos los amaneceres


Regresas a casa con un sueño en tu cabeza
y las manos manchadas de tinta
Pero no hay nadie a quien se lo puedas contar
en tu casa no existe mas presencia
que la de ese espejo roto



así que acabas confesándote de nuevo
ante la pantalla inerte
de un ordenador.

domingo, 7 de septiembre de 2008

. [Acotaciones]

.
...



Los caminos están aún por trazar
en todos los relojes de media noche

las caricias duelen más que los puñales
y todas las palabras son en vano.

No existe nada más allá de las miradas.


Empiezas a sentir una gelidez inexplicable
a la vez que te quemas por dentro.
Frío paradójico dicen,
un cruce de neuronas.
Como cuando te duele el brazo izquierdo
pero lo que realmente está roto es el corazón

El cielo permanece vació y la luz de todas las farolas
es solo un anhelo no atendido por la electricidad.


A veces es mejor ponerse a tiro
y no hacer preguntas.
Si acaso retroceder unos pasos
antes de dar el salto mortal.

Nos confundimos al medir la distancia entre los labios.
La verdad era solo una sobreactuación.

Después de todo siempre fuimos
poco más que desconocidos.








Y aun así dibujaría cruces a lo largo
y lo ancho de todos tus mapas

jueves, 4 de septiembre de 2008

De retrovisores y pies hundidos en el acelerador.


Me gusta conducir los domingos por la tarde. Sin ninguna dirección, conducir por conducir. Me gusta conducir mientras suena Radio 3 y esta luz estival intenta colarse a través de mis gafas de sol. Despegar la “L” esa que tan bien queda en el cristal trasero del coche y ponerlo al límite en esa recta que hay de camino a tu casa, porque ambos sabemos que conducir por conducir siempre me lleva al mismo sitio, tú. Pero antes de llegar es de obligada parada esa cafetería que hay calle abajo. Es un asco, si. Pero necesito al menos de 4 cafés para sobrellevar el día. Solo y sin azúcar. A veces pienso que el café es lo único que me mantiene con vida. Si no fuera por la cafeína mi corazón hace ya tiempo que se habría parado (de hecho a veces se para pero eso es algo de lo que no me gusta hablar). Prisas y desorden. Lo nuestro es como una postal de verano, nunca la esperas pero siempre hace ilusión recibirla. Y el rojo te sienta muy bien y lo sabes. Y a ti te gusta oírlo y lo sé. “Paris no se acaba nunca” reza en la portada de un libro que descansa en la mesita junto a un vaso que de whisky ya solo tiene el olor. Paris no se acabaría nunca pero nosotros ardíamos, ardíamos muy rápido, como la tea, sabiendo que en una abrir y cerrar de ojos nos habríamos de consumir por completo. Sin desayuno, sin diamantes. Las mejores escenas siempre se reservan para el final.

Nunca unos labios supieron tanto a lluvia de otoño.


Las uvas maduras
la piel calada
las hojas cayendo
los niños llorando
el verano moribundo
las nueces en el árbol
la lluvia mojada
el puchero cociendo
las noches al raso
el tiempo cambiando
los barcos de regreso
el buzón rebosando
los sueños despiertos
las maletas por recoger.

Era septiembre,
despues de todo
era septiembre.

Era septiembre
y tu pequeño mundo
esperaba impaciente
cosas por hacer.

lunes, 1 de septiembre de 2008

El principio del fin.


Las agujas del reloj nunca deshacen su camino circular
y tu pensabas que con llegar tarde era suficiente.