(Confesión #1)
***
Si no duermo
por las noches,
salgo, me emborracho
y hablo con desconocidas
hasta que amanece.
Si me drogo,
escribo y follo
hasta la extenuación
O si me sumerjo
en un soliloquio
interminable
que vacía botellas
y desborda ceniceros
se violenta, se revuelca
y que cae rendido
porque no aguanta
Si no soporto
la cama vacía
y me asgo con fuerza
a los neones de la ciudad
Es solo porque
no sigo siendo mas
que un niño asustado
al que le da miedo
la oscuridad.
martes, 18 de octubre de 2011
miércoles, 22 de junio de 2011
[Divagaciones de andar por casa]
***
Este ruido de fondo,
exasperante tintineo
que es música
de cañerías,
me golpea
los recuerdos,
los taconea.
Vapuleando
imágenes,
palabras,
sonidos,
olores.
Instantes
al fin
y al cabo,
que he debido vivir
y apresurado
en almacenar:
El hipnotismo de
unas interminables
y morenas
piernas pedaleando,
la osadía
de un mal chiste
que te hace reír,
la misericordia
de una playa
que te absorbe
o ese cigarro
que nunca
terminamos
de acabar.
Una caña
bien tirada,
papiroflexia
de bar en
servilletas
de papel,
vecinas
de escalera
que viven la vida
de los demás,
Besos
y mas besos,
kilómetros
de espaldas
recorridos,
polvos
y mas polvos,
noches
desorientadas,
lunas
apresuradas,
miel en los labios,
y muy de vez
en cuando,
un eterno a(b)sentismo
sentimental.
Es curioso
esto de la memoria
como juega
con nosotros
como endulza
la verdad
tergiversa,
adultera
y aún así,
lo que nos gusta recordar.
Este ruido de fondo,
exasperante tintineo
que es música
de cañerías,
me golpea
los recuerdos,
los taconea.
Vapuleando
imágenes,
palabras,
sonidos,
olores.
Instantes
al fin
y al cabo,
que he debido vivir
y apresurado
en almacenar:
El hipnotismo de
unas interminables
y morenas
piernas pedaleando,
la osadía
de un mal chiste
que te hace reír,
la misericordia
de una playa
que te absorbe
o ese cigarro
que nunca
terminamos
de acabar.
Una caña
bien tirada,
papiroflexia
de bar en
servilletas
de papel,
vecinas
de escalera
que viven la vida
de los demás,
Besos
y mas besos,
kilómetros
de espaldas
recorridos,
polvos
y mas polvos,
noches
desorientadas,
lunas
apresuradas,
miel en los labios,
y muy de vez
en cuando,
un eterno a(b)sentismo
sentimental.
Es curioso
esto de la memoria
como juega
con nosotros
como endulza
la verdad
tergiversa,
adultera
y aún así,
lo que nos gusta recordar.
lunes, 21 de marzo de 2011
[De equinoccios]
***
Llega la primavera
y con ella
las chicas lagarto
(no me malinterpreten mal, pero)
comienzan a ocupar su lugar,
reclamando
por derecho propio
Bancos, escalones
piedras, césped
y demás.
Todo lo que el sol bañe,
vamos.
Algo que tampoco
es de extrañar.
Sean comprensivos.
Tienen un corazón
que calentar.
Llega la primavera
y con ella
las chicas lagarto
(no me malinterpreten mal, pero)
comienzan a ocupar su lugar,
reclamando
por derecho propio
Bancos, escalones
piedras, césped
y demás.
Todo lo que el sol bañe,
vamos.
Algo que tampoco
es de extrañar.
Sean comprensivos.
Tienen un corazón
que calentar.
[Plano # 2]
***
A veces
recorro
el mapa de carreteras
de los puntos suspensivos,
del corazón
hecho con tripas.
Y casi siempre
y sin querer
este dedo índice
que no entiende
de voluntad
ni intención
o secuelas
acaba posado
en el tacto
calado
A veces
recorro
el mapa de carreteras
de los puntos suspensivos,
del corazón
hecho con tripas.
Y casi siempre
y sin querer
este dedo índice
que no entiende
de voluntad
ni intención
o secuelas
acaba posado
en el tacto
calado
de tus piernas.
miércoles, 16 de marzo de 2011
[Revuelto]
***
He vuelto.
Para acabar lo que empecé,
como Cristo redentor,
con los brazos abiertos
para saltar a este vacío
empantanado de la ignominia.
Dejaré de caminar por los bordes
asustados de la campana de Gauss,
abarcaré su centro.
Dejaré de dejar a mitad las verdades.
No volveré a alambicar
la sencillez extrema de la irrealidad.
Porque he vuelto, al fin y al cabo.
He vuelto, vencido y ajado.
Luciendo una exangüe sonrisa,
una mueca grapada al corazón.
Jurando no hacer ruido.
He vuelto con ojos nuevos
y el rabo entre las piernas,
listo para convertirme
en lo que coño queráis que sea.
Con hilos de acero cosidos a mi piel
para que me mangoneéis
como buen títere.
Dispuesto a que mi boca sea movida
por vuestras sucias manos
desde mi orto.
Como un gran guiñol.
Y cuando por fín
sea uno de los vuestros
y me queráis y adoréis,
me alabéis cual dorado becerro.
Entonces y solo entonces
sabréis porque he vuelto:
He vuelto
para joderos
a todos
desde dentro.
Para acabar lo que empecé,
como Cristo redentor,
con los brazos abiertos
para saltar a este vacío
empantanado de la ignominia.
Dejaré de caminar por los bordes
asustados de la campana de Gauss,
abarcaré su centro.
Dejaré de dejar a mitad las verdades.
No volveré a alambicar
la sencillez extrema de la irrealidad.
Porque he vuelto, al fin y al cabo.
He vuelto, vencido y ajado.
Luciendo una exangüe sonrisa,
una mueca grapada al corazón.
Jurando no hacer ruido.
He vuelto con ojos nuevos
y el rabo entre las piernas,
listo para convertirme
en lo que coño queráis que sea.
Con hilos de acero cosidos a mi piel
para que me mangoneéis
como buen títere.
Dispuesto a que mi boca sea movida
por vuestras sucias manos
desde mi orto.
Como un gran guiñol.
Y cuando por fín
sea uno de los vuestros
y me queráis y adoréis,
me alabéis cual dorado becerro.
Entonces y solo entonces
sabréis porque he vuelto:
He vuelto
para joderos
a todos
desde dentro.
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