sábado, 25 de septiembre de 2010

[Aceras gastadas y quejidos de bandoneón]

***


Es entonces cuando te das cuenta de que tu vida es como un tango. Añoranza, tristeza, melancolía, nostalgia...ese sonido inconfundible. Ahí lo tienes. El misterio de adiós que siembra el tren. Cierre por derribo. El olvido. Una maleta de cartón llena con el peso de tu ausencia. Mejor dejémosla donde nadie la pueda ver. Los asuntos pendientes quieren darte alcance pero siempre se te dio bien huir. Ya no hay rastros de humo que seguir en las estaciones de trenes. Los caminos están aún por trazar y las palabras arañan suspiros al corazón. Volver no entraba en los planes (aún con la frente marchita). Cerrar los ojos y alejarse, a cámara lenta; los trenes tienen eso, se hace eterno el instante. Arritmias en el corazón y carmín en las mejillas, al final siempre son las mismas marcas. Distintos lugares, mismas situaciones. Te empeñas en cambiar tu suerte a base de empezar nuevas manos en la misma partida. Las cartas están marcadas. Tu vida es como un tango, reconócelo.

No hay comentarios: